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UNA HISTORIA CON DOS PROTAGONISTAS, Y UN SOLO VILLANO: EL TROFEO QUE SOLO PUEDE SER LEVANTADO POR UNO.
¡Hola, e-fans!
Hoy es la final. Y en una situación verdaderamente dramática, tenemos dos narrativas que concluyen con una victoria y una derrota; Faker se coronará con cuatro coronas en su haber, y habrá encontrado la redención después de su derrota en el 2017, o Deft podrá por fin levantar la Copa del Invocador después de perseguirla por más de 6 años y volverse uno con los astros.
Con dos héroes que tratan de buscar la conclusión de una narrativa que lleva semanas en construcción, solo tenemos un villano: Un trofeo que solamente puede ir para uno, y al otro, la posibilidad de nunca más volverse a acercar.
Toda plática de Worlds debe iniciar con quien forjó su mística: Faker.
Lee “Faker” Sang-hyeok es reconocido como el jugador más importante de League of Legends, es el representante coreano con más Worlds, más récords, más historia y el más asociado con la escena competitiva que nadie más en la industria. Hablar de League of Legends, es comentar de sus jugadas en Worlds, en LCK, en MSI, en la cultura popular.
Y aunque Faker se sienta en 3 Worlds, MSI y títulos locales sin precedentes, existe una sombra a la que no puede escapar.
De un estilo de juego a otro, League of Legends cambio mucho de cuando fue dominado por su Zed en 2013 al 2017; después de 3 Worlds, lo imposible sucedió y el rey perdió su corona frente a un Samsung Galaxy que lo destronó en un 3-0, después de haber sido el equipo que le entregó su tercer título. De ahí en adelante, Fkaer seguía siendo el mejor del mundo, pero no había títulos internacionales que probarlo.
El mejor equipo del mundo de pronto no podía ni levantarse en su propia región, cayendo frente a los europeos en el MSI o en Worlds. En un año donde parecían dominar todo, terminaron perdiendo frente a Damwon KIA en unas semifinales que frenaron su ruta imparable.
Después de perder el MSI frente a RNG, y el título de la LCK frente a Gen.G, esta podría ser la última oportunidad que tendría Faker en ganar el cuarto título que ningún jugador tiene o podría alcanzar.
Pero Deft está en su camino.
No hay historia como la de Kim «Deft» Hyuk-kyu, ni como DRX. Un jugador que ha estado en los altos círculos del competitivo en League of Legends, siempre andando entre la LCK y LPL. Y siempre, lamentablemente, demasiado corto para seguir la senda de victoria. Con cuartos de final al por mayor, en esta ocasión es la segunda vez que Deft alcanza semifinales desde el 2014, y las finales por primera vez en su vida.
Deft no es Faker; es reconocido, si, pero no es la cara de una industria, dinastía o el esport como lo conocemos. Pero en su propio mérito, ha sido una de las razones por la cual DRX está donde se coloca en este momento. Pues estos también han hecho un relato espectacular.
Jamás, en toda la historia de League of Legends competitivo, había existido un equipo clasificado en Play-ins llegar hasta las finales. Existían equipos como C9, que habían llegado hasta semifinales, pero nunca hasta la última parte del evento.
DRX ha desafiado a propios y extraños, venciendo en un grupo donde TES debía dar la sorpresa. Vencer al actual campeón del mundo en un reverse sweep de manera impresionante. Dominar al campeón de la LCK al cual ellos ni siquiera pudieron enfrentarse en playoffs al caer mucho antes en el bracket.
Ahora, tienen que enfrentarse al rival más grande que, posiblemente, la escena competitiva ha visto. Un T1 comandado por Bengi, un histórico dentro de la organización, liderados por un Faker que busca su último trofeo para alcanzar la gloria máxima.
DRX cuenta con su equipo; sus jugadores y staff, pero principalmente en su capitán que ha salido a brillar en más de una ocasión y ahora es su última oportunidad para alcanzar el éxtasis de ser campeón del mundo entero, por lo menos una vez en su vida.
Deft y Faker eran compañeros de la misma secundaria, pero la vida les ha dado diferentes resultados y experiencias. Deft y Faker se han enfrentado 100 veces, donde el multicampeón del mundo domina su historia, juntos, con 65 victorias a 35 de Deft.
El mundo, los fanáticos y espectadores de tal evento solo pueden odiar a un trofeo que necesita ser levantado por uno de ellos, pero no por ambos. Al finalizar el día de hoy, uno de los dos jugadores tendrá el título, y el otro no podrá alcanzarlo para el siguiente año. E incluso, en el peor de los casos, jamás podrá tocarlo.
Deft contra Faker. Narrativa versus legado. El deseo de tocar la gloria enfrentándose a la necesidad de cimentar un monumento que dure la eternidad.
En palabras de Vince Lombardi, el entrenador de fútbol americano más importante en la historia del deporte: “Algunos de nosotros haremos nuestro trabajo bien y otros no lo harán, pero todos seremos juzgados en una cosa: El resultado”.
Hoy, el resultado está en el aire. Y nosotros somos afortunados de poder ser testigos de esto.
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